Molienda y AeroPress

Un enfoque de tres tazas para encontrar el tamaño de molido que prefiera.

No experimentamos todo lo que deberíamos cuando se trata del tamaño de la molienda. Esto se debe a que la manera de preparar café, según el método que esté usando, suele ser estricto: Para espreso, molienda fina únicamente, para prensa francesa solo molienda gruesa, y así sucesivamente.

No es ninguna sorpresa. Normalmente, los métodos para preparar café se centran en un tipo específico de molienda, y salirse de ese tipo de molienda resultaría contraproducente… Hasta que nos ponemos a hablar de la AeroPress. Con la AeroPress, puedes usar prácticamente cualquier tipo de molienda sin el riesgo de arruinar tu café; Es la mejor máquina de hacer café para experimentar.

Escogiendo la molienda perfecta

El tipo de molienda que escojas afectará invariablemente la cantidad y temperatura de agua que vayas a usar. También, disminuirá o aumentará el tiempo que te tome preparar el café. Pero lo más importante es que el tipo de molienda también definirá el sabor y el aroma de tu café. Entonces, ¿Cómo saber qué tipo de molienda escoger?

Bueno, no te podemos decir qué te gusta y qué no. Lo que sí podemos hacer, sin embargo, es ayudarte a descubrir qué te gusta. Hay un método específico para la AeroPress de hacer lo que llaman cupping; como si fuese método invertido, pones café y llenas la AeroPress de agua hasta arriba. Luego esperas a que se haga la “costra” -alrededor de 5 minutos- y luego procedes a saborear el café de la manera tradicional. Lo malo de este método es que solo puedes probar un solo café a la vez. Aquí te presentamos una prueba de sabor -degustación- de tres tipos diferentes de molienda:

Nota: Describiremos el tipo de molienda en escala numérica del 1 al 10: 1 es molienda extra fina, 10 es molienda extra gruesa

  1. Prepara tres dosis de café: La primera, 30 gramos de café de molienda gruesa (8/10), la segunda 20 gramos de molienda media (5/10) y la última, 15 gramos de molienda fina (2/10).
  2. Para el primer café, prepara 100 gramos de agua a 85 grados. Añade la mitad, y dale 30 segundos para que el café florezca. Añade el resto del agua. Deja que repose por dos minutos, y luego extrae.
  3. El segundo necesitará 80 gramos de agua a 90 grados; añade la mitad del agua, espera diez segundos, y echa el agua restante. Deja reposar por un minuto, y extrae el café.
  4. Para último usaremos 50 gramos de agua a 96 grados de temperatura. Puedes diluirlo al final. Echa toda el agua, remueve durante diez segundos, y extrae.

Coge tu cuaderno. Empieza a sorber cada café, mientras más ruido hagas mejor. Sorber ruidosamente es lo que los profesionales hacen: Resulta que en la parte de atrás de nuestra garganta reposan receptores que no solo captan olores sino sabores, también, que nuestra lengua es incapaz de percibir. Sorbiendo de esta manera podemos notar sabores y olores que normalmente no percibimos en nuestro café. Anota tus impresiones sobre cada uno de los tres cafés.

Una vez el café esté algo más tibio (y no caliente), empieza la segunda ronda de degustación. En esta segunda ronda puedes tomar tragos; Ya que la temperatura te lo permite, deja que cada trago repose sobre tu lengua un rato. Dale vueltas; Siente la consistencia, textura, y características de cada uno de los cafés. Huele, también, cada café por separado. Otra vez, anota lo que piensas de cada uno.

La última ronda se hace con el café ya frío. Cuando un café se enfría pierde casi todo el olor. Eliminando un sentido de la ecuación, te puedes enfocar completamente en el sabor: Así es mucho más fácil percatarse de ciertos aspectos que no solemos notar al principio, como la acidez del café, la amargura y ese sabor agridulce que tienen algunos cafés.

Sacando conclusiones

Una vez que hayas hecho tus anotaciones, degustado hasta no poder más, te toca sentarte y tomar una decisión acerca de los cafés que acabas de probar. El objetivo de ponerse a escribir mientras tomamos café es que nos ayuda a pensar más detenidamente. Además, solemos acordarse más del café que haya hecho una impresión más fuerte sobre nosotros. Sin embargo, esto no significa que la impresión más fuerte sea la del mejor café: Anotamos en papel porque no confiamos en nuestra memoria.

De todas maneras, todo tiene que ver con el gusto de cada quién. Aunque alguien te haya dicho que el café hecho de cierta manera sea horrible, no significa que tú lo vayas a encontrar igual de horrible. No es hasta que pruebas cierto café que puedes de verdad decir si es bueno o malo; El café más asqueroso puede ser el café favorito de alguien. En cambio, todos podemos estar de acuerdo en odiar el cilantro porque eso es repugnante.

Finalmente, recuerda que esta degustación es para café solo. Si eres más bien un fan del café con leche, simplemente agrega leche a cada uno de los cafés y procede de la misma manera, degustando cada uno de estos cafés… Pero con leche. Al igual que con el café negro, pruebe su latte caliente, tibio y frío.

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